FE

Nadie puede enseñarle a otro a creer en algo, pero puede mostrar en sí mismo los efectos de su fe.

                                                                                         Monik

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NO ME CONFORMO

No me basta ni me conformo

Con abrazarnos hasta la asfixia

Con acariciarnos palmo a palmo

Ni con besarnos desesperadamente

Mi lengua traspasando el umbral de tus labios

Una y otra vez hasta el infinito

Tu lengua hundiéndose en mi boca

Sin límite sin tregua sin aliento

Tu piel fundiéndose en la mía.

No es suficiente, no es bastante

Que nuestros líquidos se mezclen

Que los olores mutuamente se sacien

Ni que las pieles se fundan recíprocamente

No me conforma que tu tiempo sea mío

No me basta que mi mente y la tuya

Piensen al unísono lo mismo cada dia

Ni que tu infierno queme mis ansias

Ni que tu mirada sea eterna en mis ojos

No me conformo en que te conformes

Aunque nuestras almas se mezclen

Nuestra sangre lata en venas simultáneas

Aunque nuestros gritos amorosos

Sean clamor que espante la vida

Y la muerte nos encuentre juntos

Con los esqueletos mezclados

No me conformo amor, no basta.

Monica Ivulich
D.R.
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Nota: BASTA

Nunca le dieron un premio a quien invento la palabra 'BASTA'?
  Deberían darle un Nobel... aunque ese premio esta un poco desprestigiado... tampoco hacerlo caballero porque quien quiere tener una espada en el hombro y de manos de una cari- agriada. No se... pero, al menos, creo que las mujeres y los hombres, que elegimos libertad, todos los que cortaron sus tarjetas de credito, los que arrojaron a la basura el ultimo paquete de cigarillos, o la ultima botella de alcohol, los pueblos que rompieron cadenas... todos deberiamos hacer una ovación al creador de la idea y palabra: 'BASTA'. 

Mónica Ivulich

(D.R.)

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Algunos... (breve)

 

Algunos tienen una cabeza

                                        y un corazon
                                   

Otros tienen un cabezon

y una coraza
 

                                          Monik

Linyera - señor

Muy de vez en cuando, en noches de verano, mientras charlábamos y nos tomábamos ‘una última copa’ con mi amiga, escuchábamos gritar en la calle. Por la ventana abierta entraba ese casi aullido… “¡Viva Perón!”  Parecía una maldición o un insulto por la forma grotesca y seca de  gruñirlo.   

Ella sonreía y con tiernos ojos verdes miraba hacia la noche… -“esta borrachito”- decía.

Le causaba ternura aquel hombre barbudo, con traje sucio y rasgado, camisa cuasi blanca que dejara su albor en bancos de plazas oscuras.

 

Algunos le llamaban linyera, pero si le hablaban directamente le decían señor.

Algunas veces tuve que esquivar a aquel indescifrable personaje que se sentaba en el umbral de la casa de Coronel Díaz y Las Heras a tomar mate. Escondía el mate y bombilla bien limpios junto a la yerba, en un rincón del lobby del edificio, los vecinos lo ignoraban o hacían la vista gorda, era inofensivo y educado el hombre.

Nunca se le vio pedir más que agua caliente en una lata vacía, para su mate… de todas maneras le regalaban pan, fiambre y, tal vez, alguna comida. Llevaba el cabello muy peinado, tirado hacia atrás, un poco largo. El peine y un pañuelo agrisado por el uso, eran parte de sus pocas pertenencias.

Un día lo vi limpio, con el cabello más corto y de mal humor.

Mi amiga me dijo en voz baja: -“Seguro que la familia lo vino a buscar otra vez, cada tanto el hermano lo lleva a la casa y lo pone presentable, pero se les escapa.”

Me enteré por ese entonces, que había sido un gran ingeniero, que construyo puentes y edificios famosos, al punto que la reina de Inglaterra lo condecoró.

Tenía, en aquella época,  toda la felicidad, el amor y los bienes imaginables… hasta que en un accidente perdió a su esposa e hijos, únicamente se salvó él. Un episodio tan brutal que, mentalmente, no lo soportó. Renunció a todo, incluyendo su brillante carrera, su cordura y hasta su presencia. Sólo conservó un gesto de dignidad: no mendigaba.

Aquel día, llegué contenta y apresurada al edificio de mi amiga.

El lobby se alumbraba con la luz proveniente de una gran claraboya, de esas que muchos edificios antiguos de Buenos Aires aún conservan, por lo que la iluminación dejaba que desear, pero yo traía las manos ocupadas con las compras y no encendí la luz, igual, acostumbrando los ojos que estaban inundados de sol, vería lo suficiente en pocos segundos.

Cuando pasé la segunda puerta una sombra me alertó. Era un hombre frente al espejo, pero no parecía en actitud amenazante, estaba, simplemente, viendo con atención su propia figura reflejada en ese agujero dimensional que formaba el gran espejo sobre la pared.

Me dirigí a la puerta del ascensor y pulse el botón, fue entonces fue se percató de mi presencia, giro apenas la cabeza hacia mí y siguió la inspección de si mismo, sin inmutarse. Los ojos negros del linyera-señor miraban hacia otro tiempo y lugar.  

Con el rabillo del ojo pude observarlo: se acariciaba las piernas lentamente mientras se miraba, sin malicia y con curiosidad, tenía el pantalón bajo, hasta las rodillas y lucía unas medias femeninas de encaje negro.

Una estampa asombrosa, pero más increíble es que la memoria, después de treinta años, me la traiga de vez en vez hasta obligarme a escribirlo.

Monica Ivulich (derechos reservados)

NOTA: Que es ser líder

Quien es líder posee naturalmente o trabajando sobre su naturaleza:

Humildad, solidaridad, compasión, generosidad, veracidad y las virtudes que busca en los otros.

Sabe escuchar y se explica con respeto y transparencia.

Sabe que el éxito está asegurado cuando todos van en la misma dirección siguiendo un ejemplo y no una orden.

El amor al grupo lo motiva y el grupo lo reconoce con amor.

Un líder es protector, motivador, inspirado por los logros comunes nunca siente envidia sino orgullo de quienes lo rodean, tiene la capacidad de que otras personas se afanen de manera fogosa y competente con dirección a la meta y objetivo. 

Un traspié propio o del grupo lo toma como una experiencia o enseñanza, nunca como un fracaso.

Coordina, anima, insta a la participación y a la cooperación.

El líder dice lo que piensa y hace lo que dice, en total coherencia, limpidez y honestidad entre sus palabras y su conducta.

El modelo más coherente de líder es el democrático: el que valora las ideas e iniciativas del grupo. Favorece el nacimiento de liderazgos. Comparte el poder de decisión. Crea un clima de libertad, de unión, de comunicación y de igualdad. 

A este tipo de líder nadie le escribe los discursos, su ejemplo es un argumento entendido por todos.

Mónica Ivulich

DR2013Fr

Almas (breve)

LAS ALMAS SON BUENAS, LOS CUERPOS TOMAN EXPERIENCIAS Y LA PERSONALIDAD ES LA QUE DECIDE RUMBO PARA EL LADO BUENO O NO...
                                                                                        Monik

A los ojos de Thiago

Quien no se enamora del candor de esos ojos??
Quien no se rinde ante su profundidad?
Unos ojos morunos, ojos tan milenarios
que pueden ser tanto indues como gitanos,  negros como la noche, iluminando como soles.
Como descifrar esa inteligencia y ternura?
Como no rendir merecida pleitecia
a un dios de la inocencia tan perspicaz.