Soy viajera de las letras o Moninauta. Mi familia, mis amigos y yo hemos pasados por muchas situaciones, buenas y malas, nacimientos y muertes, encuentros y disoluciones, el fin del mundo y muchos principios de años, siempre cosas nuevas, sentimientos armónicos o desencajados... noticias alegres y de las otras... pero aquí estamos, disfrutando del amor o de los ventarrones emocionales que siempre nos dejan alguna lección... trato de reflejar un poco de todo esto en mis escritos.
martes, 12 de diciembre de 2017
jueves, 7 de diciembre de 2017
Y bailamos (mini prosa)
Día cálido con el sol en su justa medida y tu mirada perdida
entre ilusiones de humo y algodón.
Caminamos sin tomarnos de la mano, mirando al cielo y las
ramas que empiezan a tomar otro color.
La música llegaba de lejos, tan suave, tan armoniosa que nos hizo bailar sin querer y sonreímos a la ilusión… que se fue.
Bailamos hasta despertar.
Mónica Ivulich
DR2017Fr
miércoles, 6 de diciembre de 2017
martes, 5 de diciembre de 2017
sábado, 2 de diciembre de 2017
Con ojos de futuro (Prosa)
Los ojos de mis niños, tienen tanta ilusión, tan dulces e
inocentes… son ventanitas a un futuro lleno de vivencias y de amor.
Esos ojos son mis guías, mis timoneles en la última parte de
mi viaje y la puerta a mi próximo tour.
Los ojos de mis niños son por los que yo miro, inquietos, curiosos,
viajan por un mundo de enigmas y respuestas distintas, nuevas…
Esos ojos son estrellas en mi camino presente y la
justificación de lo que he caminado.
El entusiasmo me contagia y me da vitalidad cuando me siento
flaquear, son los ojos de mis niños los que me traen un mundo de emociones
diarias y me enseñan los pasos a seguir.
Que fortuna tener esa iluminación de miradas limpias, prístinas,
maravilladas del mundo que les toca conocer. Mis niños me miran y saben, no
necesitan decir.
Los ojos de mis niños brillan más allá de la luz. Cuando cruzamos
miradas siento el abrazo de sus almas que contemplan el paso del tiempo en mi
propia visión.
Mónica Ivulich
DR2017Fr
jueves, 30 de noviembre de 2017
Sin destino (prosa)
Como otras veces, dormirme quisiera, bajo la luna
enamorada de su frente, escuchar la melodía de los suspiros.
Que bella sería mi noche, si hundida en su pecho,
mezclados mis cabellos en los suyos, fundido mi aliento en su respiración, pudiera
estirarme y hallar en su piel el vértice más sutil de la entrega.
Hubo un vértigo colgando de su nombre. Cada sílaba
un grito salado de esperanza y dolor. Y, al repetirlo, soñaba un sueño
imposible, ser dos alas, una a cada lado del ave de la felicidad.
Arrastro trozos de piel con su olor y plumas mojadas
de la ilusión.
Tengo nostalgias sutiles en las pelusas del bolsillo.
Pateo piedritas de su recuerdo. Las sombras de un olvido cuelgan de mis
pestañas.
Camino sin destino desde que sus miradas no me
alumbran y no tengo el tino de nombrarle.
Guardo suspiros en mi mochila, algunas palabras y el
rose de su pelo.
En mi cartera y en los ojales de mi camisa asoman
besos tímidos, inconfesables, vividos, ya lejos.
Camino sin destino.
Mónica Ivulich. DR2017Fr
domingo, 26 de noviembre de 2017
viernes, 24 de noviembre de 2017
Formas de expresión (prosa)
A veces, temo ser algo fría con temas candentes, expresarme de
forma tibia, aunque no lo sienta así.
Me duelen las injusticias, la guerra inútil, las catástrofes,
los abusos en cualquier nivel…
Y si no grito, si no insulto, si no escribo con epítetos es
por varias razones:
· Los menores, incluyendo mis nietos, leen o podrán leer un
día lo que escribo y me esmeré en ser ejemplo de educación para ellos. Pienso
que otros abuelos y padres piensan igual.
· Si siembro vientos cosecharé tempestades.
· Mucha gente -no digo todos- usan causas sociales, políticas,
legales, etc, para dejar salir su ira, frustración, dolor… yo uso otros métodos
que, quizás, no sean válidos para los demás. No creo que el odio se combata con
odio.
Tampoco suelo poner MGs o comentar estas fogosas declaraciones
porque, si bien estoy básicamente de acuerdo, no me alío con la forma de
expresión. Y no me siento ni mejor ni peor que nadie, no comparo, no juzgo,
sólo sé que hay otras vías y que está bien que cada uno elija la suya.
Para ser más específica, yo también estoy indignada con muchas
situaciones, sólo trato de mantener mi mente fría y ver claro el camino. Yo
también levanto mi puño, pero no muestro el dedo porque me debilita: cinco
dedos hacen más que uno. Más aún: dos manos enlazadas en un apretón pueden
iniciar muchas cosas y terminarlas bien.
Soy solidaria, no iracunda.
Busco los pensamientos y las acciones positivas frente a todo
lo negativo que nos rodea. Trato de no agregar leña al fuego. Espero que me
entiendan, aunque sean diferentes a mí, que la diversidad también es buena.
Mónica Ivulich.
DR2017Fr.
martes, 21 de noviembre de 2017
sábado, 18 de noviembre de 2017
Palabras (prosa corta)
A veces, siento que las palabras son pececillos, muchos de
colores -más o menos brillantes- y otros grises de diferente intensidad o
negros.
Algunos peces-palabras vienen del mar, otros de agua dulce,
están los que caen por cascadas o se quedan atrapados en lagunas…
Los escritores pescamos con caña o redes, según el estilo y
posibilidad… y los llevamos a su destino final convirtiéndolos en aves.
Mónica Ivulich
DR2017 Fr
lunes, 13 de noviembre de 2017
sábado, 11 de noviembre de 2017
miércoles, 18 de octubre de 2017
martes, 10 de octubre de 2017
domingo, 8 de octubre de 2017
Mirada (poema)
Difícil recordar las palabras que se dicen
cuando uno recién se enamora
quizás repetidas, triviales, empalagosas
a la vez, tan emocionadas e impactantes
que hacen surgir charcos en las pupilas y
a borbotones, bajan por los pezones
por los brazos, curando heridas
saltando vidas y jugando a la muerte
Fácil olvidar palabras enamoradas
borrachas de sentimiento, en cambio,
jamás olvidaremos aquel instante
como relámpago ínfimo, sempiterno,
de esa mirada mutua,
la que nos mantuvo insomnes
en una nube de fe,
una mirada que
nos arrojó en caída libre al abismo
nos fundió al ciprés del bosque hechizado
la que nos marcó con su hierro candente
inmortalizó el segundo estático
y dio sentido a la memoria
petrificando la muerte…
Aquella mirada mutua
que nos devuelve la imagen propia
en el fondo de otros ojos,
como espejo de la verdad más íntima.
sábado, 7 de octubre de 2017
miércoles, 4 de octubre de 2017
Manicomio galáctico
Imagen de la red |
aquí llegan todos los desadaptados de otros mundos,
dimensiones, etc. Aquí pasan vida tras vida hasta que
logran recuperar conciencia.
- Y ¿los que entendemos esto como una verdad?
- Es porque estamos despertando después de pasar varias
veces por este loquero.
Mónica Ivulich - DR2017Fr
martes, 3 de octubre de 2017
Atemporal (Poesía)
Imagen de la red |
Cazadora de momentos,
enamorada del viento,
encontrando chispas en rayos de sol,
voy tras el brillo de la luna de abril,
muero y vivo en cada segundo,
pesco trazos de sueños
en miradas inocentes,
atrapo suspiros de amantes,
capturo valentía de enamorados…
soy esa persona atemporal, que
surcando el misterio de la vida,
llego en los delirios de tu fantasía
mientras la noche me sueña.
Mónica Ivulich - DR2017-Fr
Mónica Ivulich - DR2017-Fr
lunes, 2 de octubre de 2017
domingo, 1 de octubre de 2017
martes, 26 de septiembre de 2017
sábado, 23 de septiembre de 2017
Sigo...
Viajando por tren, avión, buses…
mis piernas se han cansado
se han gastado un poco mis ojos
se han gastado un poco mis ojos
Aun, sigo buscando y no
encuentro,
con suerte ya no sé qué busco…
tal vez ese latir de un atardecer
la ilusión de ver nuevos amaneceres
otros colores, aromas, reflejos en nubes
una rama, esa brizna de libertad…
Viajando, escribiendo, descubriendo
alternando mi bella soledad de turista
con los abrazos, las brisas y la poesía…
Mis piernas se han cansado
se han gastado mis ojos, un poco…
y aún sigo en los caminos, buscando.
Mónica Ivulich
viernes, 15 de septiembre de 2017
martes, 5 de septiembre de 2017
miércoles, 30 de agosto de 2017
Intención (Prosa corta)
Viviré lo que me resta de tiempo amando todo y la Nada, sin juzgar ni temer lo que sea diferente a mí, viviré como una planta: meciéndome al sol y bajo la lluvia.
Seré feliz con lo que me llegue y con lo que no, indulgente; respetaré todas las decisiones de los demás y las mías por igual, me fiaré del destino y de lo que me rodea, confiaré en mi intuición y en mi deseo de volar…
Con la misma pluma que escribo, remontaré vuelo hacia horizontes de ilusión.
Seré feliz con lo que me llegue y con lo que no, indulgente; respetaré todas las decisiones de los demás y las mías por igual, me fiaré del destino y de lo que me rodea, confiaré en mi intuición y en mi deseo de volar…
Con la misma pluma que escribo, remontaré vuelo hacia horizontes de ilusión.
Mónica Ivulich
DR2017Fr
martes, 29 de agosto de 2017
martes, 15 de agosto de 2017
Viajar en avión
Viajar en avión es como echarse en brazos de alguien anónimo…
no se reconoce la ruta en el aire, ni se puede cambiar a nuestro antojo.
Estamos en manos desconocidas, aunque sean expertas.
Toca relajarse y disfrutar el abandonarnos al placer de estar
suspendidos en un cielo inmenso… como un suspiro de eternidad, es parte de
nuestra libertad el no tener que responsabilizarnos ni controlar nada de lo que
pase a partir de sentarnos en el pájaro metálico.
Es hermoso pasar por entre las nubes y saber que allí abajo
hay tantas personas y todo nuestro mundo, mientras volamos sobre él.
Y en menos que nos damos cuenta aterrizamos en otro país, con
otro lenguaje, casi como en un sueño…
Mónica Ivulich
DR2017Fr
lunes, 14 de agosto de 2017
sábado, 12 de agosto de 2017
miércoles, 2 de agosto de 2017
Agosto huele a despedida (Poema)
El viento entre girasoles
retoza con tu recuerdo.
Duele tu voz secreta, lejos.
Hay fuerte olor a victoria
en las nubes que huyen y
Imagen de la red |
en las caléndulas invasoras.
Hay ese olor a tu ausencia
en los libros que dejaste
sin páginas marcadas.
El sonido de tu nombre
reverbera en la soledad
de los muros del tiempo
El viento, entre girasoles,
se lleva tu voz. Agonizamos,
y ya no puedo escribir.
Mónica Ivulich
2017DR-Fr
martes, 1 de agosto de 2017
domingo, 30 de julio de 2017
Mi primer maestra
Comencé la escuela con mucha emoción. Debo aclarar que mi
madre quiso ponerme en una escuela religiosa para hacer el jardín de infantes y
fue un fracaso. No sólo no jugaba ni quería hacer nada con las monjas, sino que
también tenía pesadillas que aún recuerdo con las pobres religiosas girando a
mi alrededor…
Ahora iría a una escuela de verdad, donde las maestras eran
personas comunes y vestían como todas las demás personas…
Delantales blancos, tradición rioplatense, parecíamos un mar
de espuma. Cabello atado en trenzas o colas de caballo, portafolios de cuero
que albergaban lápices y cuadernos vírgenes y la emoción de escuchar el himno
por primera vez con una maestra enfrente, también de blanco, con blanca sonrisa.
Muchos niños lloraban, yo estaba pletórica. Mi madre se
mantenía expectante y cerca, había vaticinado que lloraría como en la otra
escuela. Sin embargo, yo había visto la ternura y protección en la cara de mi
nueva maestra y ya nada me haría faltar a la escuela, nunca. Cuando comenzaron
a entrar los alumnos mayores, mi mamá se acercó para asegurarse que estaba bien
y le susurré al oído: - “cuando sea grande, quiero ser maestra”.
Ella se lo repetiría a mi padre, vecinos, tíos… y agregaba: -
“como su abuelo, mi padre.” Tal vez, eso también viene en el ADN, pero no
conocí a mi abuelo, yo quería ser como mi maestra, la señorita Haydée.
Haydée no era bonita, era regordeta y tenía una voz cantarina.
Recuerdo que me abrazaba y cualquier raspón o dolor se aliviaba. No había
alumno que no la quisiera. Nunca nos dio castigos ni reprimendas… Haydée era
pariente de Papá Noel, para mí. Sus regalos eran sonrisas y cuidados, eran los
estímulos que nos daba para aprender…
Mi madre me regañaba por llegar con mi delantal sucio, toda la
pechera como si hubiera limpiado el piso. Yo solo levantaba los brazos como si
no supiera quien había puesto esas manchas allí. Un día, cansada de lavar,
blanquear y planchar mis delantales subió al aula conmigo.
En la puerta del salón le explicó a la señorita Haydée su
sorpresa al verme tan sucia cuando ella me llevaba impoluta a la escuela. La
maestra me sugirió que entrara y habló con ella. El tema se cerró allí y nunca
más volvieron a sermonear por mis descuidos y manchas.
Tiempo después supe que la señorita Haydée le había dicho que
mi comportamiento y atención en la escuela eran ejemplares, que, mientras otros
alumnos hacían bulla o dibujaban garabatos yo me esforzaba en hacer bien las
cosas. Por lo tanto, era normal que mi natural energía de seis años explotara
en el recreo largo donde jugábamos a las escondidas, indios y cowboys etc.
Una tarde mi ojo se inflamó y ardía mucho. Me dieron gotas en
el Dispensario infantil, una especie de sala de primeros auxilios para niños.
Mi madre decidió que no fuera a la escuela al otro día, eso me hizo sentir
horrible y comencé a llorar. Pensaba que no podía fallarle a “mi señorita”. Mi
padre aceptó que fuera para que no llorara más y, por lo bajo, dijo que no me
despertarían.
A la hora del desayuno estaba vestida y preparada para salir,
no hubo marcha atrás. Mi madre tuvo una mirada de discrepancia, pero mi papá
dijo que ya estaba mejor y salí hacia la escuela.
Ese año fui la mejor
alumna y recibí un premio a la puntualidad y asistencia que marcó mi vida, para
bien. Como fue una excelente influencia la maestra que nos trató con dulzura,
dedicación y nos dio ejemplo de una conducta intachable. Mi primer maestra sigue en mi memoria y sentimiento.
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