Soportaremos
la felicidad,
esa del
alma compartida?
Soportaremos
la energía blanca
De la transgresión
apasionada?
Mi pregunta
sobre la caída
De
personajes grises de envidia
Me río
de ceremonias impuestas
me hago judía en tu abrazo
donde
nuestro amor es innombrable
y el
mundo mal-oliente nos condena.
Me hago
musulmana en tu mirada
De
gitano herido.
Renazco
en la voz de tus miradas
Cuando
las tumbas de la ciudad
Dan
vuelta la casa, envidia consabida
Aquelarre
mala hierba contra vidrio dorado,
soy
hada maldita, tu bruja amada.
Bailemos,
bebamos, riamos, giremos,
Que ya
el mundo nos queda chico
De cada
lugar un sabor, música, aroma
Para
construir un altar a nuestra memoria.
Entonces,
fóbicamente, nos apartamos.
Parreandando sufrimos el alejamiento
y
construimos efervescentes pompas
que
explotamos de risa y pudor.
La única
regla es el amor sin regla.
El único
amor es la regla del amor.
Morirás
en mis brazos: me condenaste.
Moriremos
frente al mar y la luna
Ardientes,
felices de correr al viento
y perdernos
de todo mal,
consagrandonos.