domingo, 20 de junio de 2010

Septiembre en Viena




Septiembre 2004, en Viena
2010
Descubro a la Sissi verdadera.
Vi una de las películas de Sissi cuando era pequeña.. y siempre soñé con esta emperatriz rebelde. Me parecía que era increíble y bello. Siempre creí que era una fábula, como Aladino, Blanca Nieves, etc..
El caso es que esta es una de las tres películas que recuerdo además de la alfombra voladora y una sin nombre en mi memoria pero, donde descubrí a los vikingos.
No sé qué películas eran porque no recuerdo nombres pero los temas me tenían atareada en mi infancia y en mi adolescencia temprana.
Luego las hormonas hicieron lo suyo...
Pero ahora que fui a Austria descubro que ella existió y la real historia es más apasionante que la película...
IMAGEN: Imagen de  * 




























































































    
Sissi tiene una historia muy parecida a la de Diana o Lady Di, si te fijas excepto que el marido se enamoró de ella. Aunque también tenía una Camila, una actriz de la época
Sissi abogó por los campesinos, no se toleraban con su suegra que era muy fuerte y mandona (perdonando la débil expresión).
Estaba obligada a tener varones, le dio los herederos por obligación (y con gran sacrificio de su salud).
Sissi, la emperatriz rebelde, viajo por todos lados, era realmente bella y también era muy espiritual y fue asesinada por un anarquista italiano.
Como ves hay puntos de coincidencia aunque no exactos... me pregunto: ¿podría Lady Di ser reencarnación de Sissi...??
Austria es bella en sí misma, además los emperadores hicieron lo suyo con tanto dinero acumulado solo para hacer pompa… la energía puesta en decoraciones es increíble.
Viena es bella en invierno, imagino en verano debe ser hermosísima.
Viena es una ciudad pacifica y encantadora. Los meseros como en muchos restaurantes alemanes usan los vestidos tradicionales. (estas fotos son propias)

Montañas y pinos y más pinos… increíble…
Heidi era una privilegiada… ahí no hay más... Aunque Mimi y Heidi... no sé.
Mi anfitriona Mimi fue tan dulce y generosa que creo que nos conocimos en otra vida… me dio todo y más... con un don de gente... con una alegría de poder darme… y yo con la alegría de recibir sin ser desagradecida ni tan loca de pensar que no lo merezco o esas timideces que me daban antes. No, lo recibí con sonrisa agradecida y le exprese lo mucho que significaba su amistad. Mimi es un ser especial y siempre estará en mi corazón. Austria la tierra de mi abuelo también...
¿Regresé?

* La imagen de Sissi es de Ana Barroso Molina: 
Elisabeth von Wittelsbach, Duquesa en Baviera 

Encuentro en el Taj Mahal

INDIA – Visitando Taj Mahal
Octubre 2003

Un noveno viaje a India, esta vez de silencio y de mucha meditación. Para dar broche de oro a mi viaje, visito el edificio más mentado en India.
El Taj Mahal es un edificio fastuoso y simple a la vez... bello como ninguno, es en realidad un templo o monumento al amor... creo que es lo más parecido a la perfección arquitectónica que he visto... El mármol parece bordado por ángeles. Creo que casi todos saben que está dedicado a la esposa de un rey quien lo hizo construir luego que ella muriera.
  Fabricado enteramente en mármol. Desde el interior, si uno está desde el amanecer hasta el atardecer, se ve que la luz se filtra dando diferente luminosidad al recinto. A la mañana es dorado, al mediodía blanco y a al atardecer naranja.
Me entretuve en los alrededores mirando los ríos en los alrededores, las montañas a lo lejos, el cielo con sus pájaros y las flores, la gente que vive cerca. Está ubicado en un cerro y se puede ver bastante a lo lejos, al frente: el fuerte de Agra -donde vivió y murió su dueño- es un testigo impasible de la belleza, romanticismo y tragedia del lugar...

Me cansé y necesitaba sentarme un poco, aunque supuse -mientras caminaba hacia la salida- que no iba a encontrar un asiento en los alrededores, pero, sorpresivamente, lo hallé, había un único banco a la vera del camino y, para mi maravilla: bajo un árbol que le daba sombra... ahí nomás, como esperándome.
Tenía unos minutos antes del que el bus me dejara, me sentaría brevemente a descansar y a respirar el aire tibio.
En ese momento noté que había una pareja de dos extranjeros en el asiento, leyendo, eran rubios, como americanos o ingleses. Mientras me sentaba, ella levantó la cabeza del libro y me dijo: -"you look so nite and fresh." (Luce fresca y límpida)
Entendí que se refería a mi atuendo blanco, dije: -Thanks- y, normalmente, ahí hubiera terminado mi conversación, sobre todo por mi cansancio, mi apatía natural y el apuro por el horario del bus. Pero, por una vez, me surgió la Mónica simpática y pregunté de dónde venían: Where are you from?
Dijo : -"We live in Malaysia but originally from Peru."
Yo: -Oh! Perú... hablemos español entonces, soy de Argentina
Ella: - ¿Argentina?... (el esposo miró, sonrió y se concentró nuevamente en su libro) _ Nosotros vivimos 10 años en Argentina y mis 3 hijos son de ahí... (Pausa, dije algo y siguió) - Tengo 2 varones y 1 mujer, locos por el dulce de leche, pero, cada uno vive en un país diferente...-suspiró.
Yo: (sorprendida y divertida)- como los míos, yo también... 2 varones y 1 mujer y, también, dispersos...
Ella: -"Así pasa... solo que mi hijo murió a los 27 años..."
Casi me caigo de la sorpresa. Dije: - “la misma edad que tenía Alex al fallecer, hace dos meses- el esposo me miró brevemente- y también murió lejos de casa, también sorpresivamente. - y seguimos hablando en esa tónica llena de coincidencias.
Se me hacía tarde cuando me contaba que la hija se estaba por casar y quería un hijo (igual que la mía), me despedí con premura y ella, a modo de despedida, me manifestó: -"ahora tenemos que ver las generaciones futuras, ¿verdad?"
Asentí y me despedí entre apurada y un poco confundida. El esposo levantó la vista y, creo que por primera vez, me miró con una sonrisa muy dulce. No nos dijimos los nombres ni nada…
Corrí hacia la parada del autobús sonriéndoles y haciendo gesto con la mano. Después de unos metros me volví y ya no los vi, no estaban en el banco y creo que tampoco estaba el banco que, mágicamente, encontré allí.
Hay quien me sugirió que eran ángeles. No sé quiénes eran, pero me reconfortaron mucho. Hacía tan poco de la muerte de mi hijo Alex y no había hablado con nadie de lo sucedido, por raro que parezca, supuse que ella sabía todo.
Hasta ahora –muchos años después- los recuerdo.
Y aún tengo presente el mensaje... "ahora tenemos que ver las generaciones futuras" es algo que debo descifrar en algún momento.
Como en la película, 'Lo que el viento se llevó...': Lo pensaré luego, mañana será otro día.
Lo cierto es que Taj Majal es un lugar único y la belleza es de una finura que deja sin aliento, allí lo mágico y lo real, el amor y la muerte… se dan la mano.
Los viajes son menos sabrosos si no hay algo fantástico, algo para develar, pues no viajan solamente los cuerpos, nuestras almas también se alimentan, se asombran y alimentan en diferentes lugares. En los viajes nos reencontramos y sanamos partes de nuestro ser.
Volviendo a casa nos llevamos en nuestro equipaje mucho más de lo que trajimos y de lo que podamos comprar.


Mónica Ivulich
derechos reservados (foto de la red)

Roma, otra vez

Caminar por la Vía Apia y sentir olor en mi memoria de caballos sudados, ver la pared que rodea la ciudad antiguo fuerte romano y escuchar gente hablando a gritos, pasar por las catacumbas... qué dolor...
Y que esplendor, las fuentes el Coliseo, la Catedral San Pedro... que emoción y cuanta gente, cuanta feria, cuanto de todo.
Un capuchino.. que bueno, solo esto puede traerme aroma a vieja Italia y por que no un bacci, comprado en la tienda de dulces.
Me siento arrasada por las vistas, las emociones antiguas. Como si otros – yo estuvieran asomándose a mis ojos y a mis poros.
Es bello a la vez increíble, dulce y fuerte. Italia reencontrada.

Escribí, entonces, esto a una amiga:


Amiga: pasear por donde los romanos iban en sus carros, castigando los caballos y gritando a los esclavos, altivos soberbios... tantos siglos de sufrimiento plasmados en muros que rodean ciudades, tantos años de protección y ataque, de amor y muerte, tantas cosas en estas viejas paredes de Europa... y la pompa, la belleza de época, la humedad de las ciudades viejas y la vieja educación.
                                                         Mónica Ivulich. DR

Fotos propias

Frases sueltas


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Me dormí masticando letras y amanecí saboreando poemas...
los perdí al primer estornudo de palabras.
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A veces la locura es inteligencia camuflada,
pero en cosas del amor no hay sabio que sea cuerdo...
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Que suerte que los poetas de hoy en día
no se suicidan ni son malditos… 
bueno, a veces...
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Recuerdo en ocre, aquellos momentos jóvenes, cuando soñaba con imposibles y juntas, cabeza con cabeza, nos contábamos delirios y más allá.
Hoy logré todo lo soñado… pero no tengo tu sonrisa para compartir mi ultima quimera…

No es más hombre quien tiene muchas mujeres
sino quien ama y respeta la que tiene.

A veces, los sueños son gotas
 que salpica la luna en tu imaginación

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Hay dolores tan inmensos...
que redimen de todo sufrimiento.
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Quien dependa de circunstancias no está atendiendo a su destino final.
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Quien se ate a circunstancias niega su eternidad.
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Cuando miramos el entorno no vemos el camino hacia la grandeza.
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Qué sería de la vida sin la muerte?
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Ser paciente puede cambiar el mundo.
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Irme es volver...

                     No todo lo malo se debe decir,
                     no todo lo bueno se puede decir.

NOS (Poesia corta)

Me someto al látigo afilado
De tu Mirada
Te sometes a la despótica ternura
De mi abrazo
Dos manos en el vaso de champán
De tu garganta
Dos pieles en la fría baldosa blanca
De mi pecho
Tan lejos que estamos cerca
Tan cerca que nos alejamos
Me someto al vaivén de tu palabra
Te sometes a mi sobria locura encarnada

Burlando la muerte (poema corto)

Que será tu cuerpo
Si rechazas el amor?

Darte, abrazarte, besarte
Y tú del otro lado de la vida
Riendo, irónica, exultante…
burlando la muerte que ata el tiempo
No todo lo malo se debe decir, no todo lo bueno se puede decir.

20 años no son nada?

¿Que veinte años no son nada?
Cuando llegue a NY y alguien me decía… “Hace como 20 años que estoy aquí”
Yo pensaba que era una eternidad inalcanzable… pero me querían convencer de que no era tanto, decían: “20 años no es nada” y reían. Los veía como a los que ‘están de vuelta’... y algunos se volvieron, otros aceptaron que ya no podían volver a ser los que fueron, ni volver al país donde crecieron...
Solo en la canción y para fines románticos: 20 años no es nada.
En veinte años se puede perder un país y encontrar otro. No es tan simple como se dice. Perder un país implica familia, amistades, calles recorridas, amores y todo a lo que uno se acostumbro por una cantidad enorme de días, tardes, paseos, abrazos, miradas encontradas…
Encontrar otro país significa adaptarse a diferentes costumbres, idiomas, gente, moneda, formas de saludar, de vestir, de relacionarse.
¿Que veinte años no son nada?
En esos años uno puede cambiar hasta el acento y la forma en que se habla, se viste, se piensa, se ama.
Se puede perder o tener hijos. Se puede perder los padres o los mayores incluso los contemporáneos.
En veinte años se puede hacer una carrera o cambiar la que se tiene.
Se puede reconciliar con enemigos y tener más enemigos.
Se puede hacer cientos de nuevos amigos.
Aprender a vivir, a ser feliz, a dar gracias por cada día y por cada cosa que uno obtiene.
En veinte años se puede empezar a conocerse uno mismo y terminar conociendo a los demás. Amándolos como a uno mismo.
Veinte años son suficientes, a veces, para perder el miedo a la vejez y valorarla como un periodo de paz, de poner todo en orden y dejar las cuentas claras, un periodo de libertad donde uno no necesita juzgar nada ni nadie, donde es mejor ver las cosas buenas que las malas.
Veinte años es mucho para soñar con hacer cosas que el cuerpo no soporta. Se pierden esperanzas a la vez que se pierde interés en algunas ideas o sueños que no tienen validez o posibilidad.
Que veinte años no es nada… Pues déjenme decir que en veinte años me hice abuela de 6 bellezas, y hoy sostengo a mi última nieta que cumple 20 días el mismo día que yo cumplo 20 años de estar en este país. Una coincidencia solamente. Pero hermosa coincidencia pues 20 es un número que marca cosas. Juventud o, duplicado, es índice de crecimiento, un periodo de crisis y renovación.
Estoy feliz de darme cuenta de mis etapas y de mis logros, de mis faltas y mi logro por llegar. Puedo verlo con distancia puedo verlo que es lo mas importante.
Veinte años puede sentirse como algo lejano, más no lo es para mí. Ayer baje del avión y abrasé a mi primo. Ayer mi miedo fue tenaz, mi dolor por lo que deje fue como campanas negras en mi pecho aunque hoy son campanillas de alegría, no puedo negar lo que pase antes de llegar a esto.
Ayer… comprobé que cada ciudad tiene su olor. Un olor diferente al de la ciudad que deje. Y puedo reconocer olores de otras ciudades en otros países. Diferentes, sin pretender comparar.
Ayer no entendía ni una palabra en el lenguaje de la ciudad nueva. Hoy disfruto el sonido de un idioma que se hizo familiar.
Tantas cosas cambiaron en mí en estos 20 años.
Desde la forma de hablar, de comer, de pensar hasta la forma de amar y conocer a Dios.
20 años son dignos de festejarse. Y lo festejo en mi corazón. Dicen que uno es lo que festeja… pues esos 20 años me re-hicieron mi personalidad, mis limites y mis posibilidades. Se cambiaron los personajes de mi historia, los componentes de mi familia, las metas de mi vida.
Agradezco cada día de mi vida y cada uno de los 20 años que llevo en el pecho, en la barriga y en la cabeza.
¡Gracias! a ti, que formas parte de mi historia de estos últimos 20 y de los próximos…

ANECDOTAS intercambio en Taller Literario LAIA

Habia un tiempo primaveral en Nueva York y nos reunimos con alegria en las oficinas de LAIA para tener otra session de Taller Literario con la escritora/periodista/poetize y amiga Linda Morales Caballero. Nos habia dado la tarea de escribir una anecdota de nuestra vida y la leeriamos ese dia. Eran ejercicios muy simpaticos. Despues de la lectura nos dio un sobre donde colocamos el trabajo, ella le agrego una nota a cada sobre y los intercambio, leimos: "Agrégale lo que creas conveniente, complétala para que sea un relato o cuento corto, adaptala a tu estilo aclara lo que creas conveniente inventándolo.
Un abrazo,
Linda

(Esta fue los que linda nos dio de tarea, me divertí mucho adaptando -pues no vi nada para corregir-lo que Diego Vargas escribió, lo hice con mucho respeto por dos razones:
1- Diego es un amigo y un poeta increíble, 
2- era la primera vez que Diego escribía en prosa y lo hizo excelente.
Este trabajo se publico en Antología LAIA I, por lo que no creo que Diego Vargas tenga inconveniente en que lo publique aquí, verdad Diego? )

ANÉCDOTA
De Diego Vargas

Estaba parado frente a ella, a la entrada de un edificio que habíamos escogido para celebrar nuestro primer “hasta luego”. Recuerdo que la luz débil de una bombilla iluminaba lo que estaba apunto de ocurrir. Era el perfecto instante para el beso. Para ese beso primero, preadamico y profano, esperado pero inesperado, ese beso cleptómano que sorprende y somete a la muchacha que exprime el trapo blanco de la pubertad y al niño que descubre el lubricante que por primera vez brota desde el alma.
Días antes me había enterado por una de sus amigas que ella también quería el beso y aunque siempre fingió no estar interesada hacia todo lo posible para indicarme que solo fingía. Cuando inclinó su mirada a la nada del suelo sentí que el momento llegaba. Con mi mano temblorosa levante su rostro hacia el m
ío, la miré y me fijé en el espacio que separaban sus cejas. Era evidente su deseo; un tic de su labio inferior la delató, una sonrisa nerviosa le desvistió las ganas. Tomé impulso desde el lugar mas joven de mi ser y acerqué mi rostro impaciente.
Una brisa tibia de chicle yerbabuena, un silencio joven, la noche imponiéndonos toda su fuerza. Ella soltó una carcajada y mi boca choc
ó contra el frío metal de sus frenillos.

ANECDOTA 2
Ex De Diego Vargas

Me miraba como si fuera la primera vez que me veía, parados frente a la entrada de aquel edificio donde nos diríamos las primeras palabras tiernas y el primer “te veo luego”
La luz era débil, cómplice de acontecimientos venideros. Internamente, la tensión aumentaba.
Se adivinaba el beso con el que me consagraría como Eva.
El estaba casi paralizado, no podía hablar y como me gustaba su forma de decir las cosas. Lo escuchaba hablar con sus amigos, a la salida de la escuela o del cine… siempre tenia poesías en sus labios y en sus ojos.
Ahora, en el momento de la acción se quedaba mudo, me seguía mirando con ojos de poesía y temblaban sus manos húmedas.
Quería ayudarlo pero no debía adelantarme, sino darle su lugar, además mi serenidad me dejaría disfrutar el momento culminante.
Mis amigas habían tramado el encuentro y esperaban ansiosas mi relato. Recordé sus comentarios mordaces y la risa me lleg
ó desde el estomago. Fingí, baje la cabeza.
El entendió que era una señal de ahora o nunca y me levant
ó el rostro con su mano que temblaba como un pajarito con frío. Creo que no se animaba y a mi la risa me subía y me bajaba…
A
é l le temblaban mas las manos, y a mi los labios, las razones eran distintas, pero con igual nerviosismo.
Vi su pudor cuando, tomando impulso, acer
sus labios a mi mejilla, cayó la noche sobre nosotros con aroma mentolado del chicle, con silencio del que envuelve y sus labios llegando a mis labios cuando mi risa brotó en carcajada y el se dió la boca contra el acero de mis frenillos.

Ahí estaba su expresión mas sorprendida, aquella que mis amigas predijeron y esperaban les confirme.

Pasarían los años y me seguiría preguntando: ¿que hubiera pasado si mis frenillos hubieran desaparecido de pronto? ¿Qu
é comentaría el con sus amigos? ¿Escribiría la anécdota para presentarla en un Taller literario?

Hoy mis hijos ríen de la historia y yo recuerdo su rostro de sorpresa como el de un amigo al que me enlaza un secreto, aquel misterioso instante de la noche y la risa a través del tiempo y la distancia...

Mónica Ivulich - 2008