lunes, 27 de mayo de 2013

ARIDEZ




ESOS DIAS


ESOS DÍAS llegados de la noche a saltos... para seguir el día arrastrando los párpados y anclando las alas en cada esquina..

                                                 Monik

sábado, 25 de mayo de 2013

OBELISCO




Hace hoy 25 años que te abandoné querido obelisco… que me fui para no volver, con frente marchita o altiva… no volví a tus pagos. Te visité y te homenajee, creo que fue bueno quererte aunque no me correspondieras, por eso no regresé.

Hace 25 años que tu imagen se viene borrando y casi imagino que, tal vez, si vuelvo te hayan vendido o te habrán convertido en un arbolito de Navidad foránea. Que extraño saberme ausente y sin culpa. No estoy allí para ver el circo y el oprobio, no me duele tu desnudez ni tu simbología. Estoy en otro lado donde los vientos no saben a mate ni asado. Ya soy una extranjera en la tierra donde nací. Ni nostalgias quedan, no soy la misma, y no me golpeo el pecho ni me arrodillo frente a tu dedo hierático. Solo te saludo, a mis veinticinco años de ausencia. 
                                                                        Monik...


Obstáculos y contratiempos...



Obstáculos y contratiempos hay siempre y de muchos modos, no los podré cambiar, pero, voy a pensar cual es la forma de enfrentarlos. ¿Los empujo? ¿los salto? o ¿los rodeo? El poder es en mi decisión.
                                                 Monik

 


viernes, 24 de mayo de 2013

"A Dios pongo por testigo"



Hay frases y escenas que perduran en nuestro recuerdo de forma indeleble: -"A Dios pongo por testigo que nunca volveré a pasar hambre ni yo ni los míos..." Eche mano de esa fuerza en momentos que me fue necesario... nuestra energía suele tomar alimento cuando y de donde le sirva, para hacernos sobrevivir.
Mónica Ivulich
Derechos reservados
España 2013

domingo, 19 de mayo de 2013

miércoles, 15 de mayo de 2013

Anecdota 'La nonagenaria'




 
  'Alguien' tenía una tía abuela de unos 90 años o más que, en su senilidad, repetía una sola frase: -"terrible, terrible, terrible". Era lo único que decía.
  Esto era así, a diario, por los últimos años.
  Sus sobrinas la cuidaban, le daban la comida, la bañaban, etc.
  La señora nunca pedía ni comida, ni nada de nada, solo repetía esa palabra 3 o 4 veces y a los pocos minutos otra vez. Un letanía cotidiana...
  Un día en que todos estaban conversando hubo un momento cuando ella detuvo su letanía para decir: -"quiero el diario..."
  Las sobrinas -mayores ya- quedaron heladas. Hacia más de 10 años que no leía, ni miraba televisión, ni salía casi nunca a la calle.
  El sobrino dijo: -"y dale el diario, a ver que hace." 
  Entonces le dieron el periódico y ella lo ojeó un rato con detenimiento. Al pasar la cuarta o quinta página lo cerró, lo arrojó al suelo con ira y dijo:-"Es viejo, ya lo leí."

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