Hace hoy
25 años que te abandoné querido obelisco… que me fui para no volver, con frente
marchita o altiva… no volví a tus pagos. Te visité y te homenajee, creo que fue
bueno quererte aunque no me correspondieras, por eso no regresé.
Hace 25 años
que tu imagen se viene borrando y casi imagino que, tal vez, si vuelvo te hayan
vendido o te habrán convertido en un arbolito de Navidad foránea. Que extraño
saberme ausente y sin culpa. No estoy allí para ver el circo y el oprobio, no
me duele tu desnudez ni tu simbología. Estoy en otro lado donde los vientos no
saben a mate ni asado. Ya soy una extranjera en la tierra donde nací. Ni
nostalgias quedan, no soy la misma, y no me golpeo el pecho ni me arrodillo
frente a tu dedo hierático. Solo te saludo, a mis veinticinco años de ausencia.
Monik...
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