sábado, 23 de noviembre de 2013

ELBA





En aquella oscura terraza, rodeada de enormes edificios, nunca llegaba el sol, aunque, a veces, la luna se atrevía a pisar, blandamente, con ganas de soñar memorias del pasado….
El perro faldero, sucio, no se animaba a subir, aunque Elba olvidara alimentarlo.
Solo las ratas y alguna araña descuidada paseaban de día o de noche por aquella pringosa y ridícula terraza de ciudad, donde el progreso se había resignado a no avanzar.
La niña Elba, entre sus muñecos y algún cuadro polvoriento pensaba que algún día subiría a jugar a las casitas, nunca subió.

De noche se la oía andar, cambiando y alimentando a sus niñas de cartón y, ya de madrugada, llamar a la madre para que le alcanzara el agua antes de dormir.
Nadie la vio nunca ni al hacerse las trenzas, ni al jugar con los ‘niños’ a las escondidas que nunca salían de sus escondites.  Nadie la vio orinarse encima y que mamá la retara muda, por centésima vez. Nadie la vio aprender, todos los días, a comer sola sin aprender. Nadie la vio romper la copa de cristal y la cerámica que trajo un abuelo olvidado de-aquel-viaje… después de todo, era un abuelo desconocido como todos los otros.
Nunca alguien le recriminó romper jarrones , ni al deshojar libros papel biblia antiquísimos o desarmar pluma a pluma los almohadones y luego rasgar el cheslón que tanto gustaba a su señora mamá… no hubo testigos que la vieran clavar en la estatua el sable del padre, un horror de travesura, diría tía Clarita, pero no lo dijo.  Ni la vieron crecer todos los días entre moños y bucles, sopas y tirones de orejas.
Nadie la vio bailar sola con un collar amarillo de tiempo, en su escote jamás lucido, ninguna vez acariciado más que por las agujas lentas del reloj.
Tampoco ninguno la vio cuando, cansada de ser niña, Elba corrió hasta el desván y tomó un espejo, uno de los muchos que se habían guardado después de la muerte de su último pariente…ni la vieron cuando, cansada de ser mimada por protectores invisibles observó su imagen enfundada en volados de viejo tul y arrugados encajes que fueron blancos, de moños de raso
y trenzas largas… ahora, ya cansada de ser niña, descubrió su boca-de-pocos dientes, sus arrugas, sus canas, su ya-no-tener tiempo de crecer y murió, septuagenaria, muñeca en mano.
                                             
                                                                 Mónica Ivulich,  1986

                                                                                 Edición 2013

                                                                   Derechos reservados

jueves, 21 de noviembre de 2013

Tus manos


Fue tan especial sentir tus manos en las mías,
mi corazón sanando entre tus dedos.
mis mejillas acariciadas se enternecían
y, cuando desperté, aun olía a tu piel.
                              
 Mónica Ivulich
                                (d. r.) 2013

jueves, 14 de noviembre de 2013

Nota: discos duros




Hay gente que tiene el disco duro de la mente tan cerrado, es ¡tan cabeza dura...! que podes hablarle en mil idiomas, con mil tonos y darle todos los argumentos del mundo, pueden tener sus propias experiencias... pero no cambian,  porque van siempre en la misma dirección, hacia lo mismo... ven idénticos diferentes paisajes, cambian para seguir igual... los pensamientos ajenos resbalan en su posibilidad de razonar nula...
Solo es su esquema, solo es lo que necesitan, ansían. Nunca se detienen en los puntos de vista de los demás.

Si alguien le pregunta A contestan Z, que es en lo que pueden y quieren pensar.
Así sucede y seguirá, en la zona de los 'discos duros' por siempre... no tienen mala intención, solo que pueden mover ese único chip...
Si eres espiritual sabrás que la tolerancia es algo distinto a aguantar y va unido al amor incondicional, entonces: Tolera, si no: ¿qué le vas a hacer? Perdona y sigue tu camino. No sea que te enganchen y te hagan encabritar.
Mónica Ivulich
2013, (D.R.)
Imagen: Google

martes, 12 de noviembre de 2013

Mi soledad



Imagen: Google

Vivir antes

Monik 2013 (d.r.)
Imagen: Google

lunes, 11 de noviembre de 2013

Nota: TEORIA de la PRESA



TEORÍA de la PRESA

Las personas tienen diferentes grados de acercamiento e intimidad en las relaciones, eso es obvio. A veces las relaciones son mejores que otras, más respetuosas, más compartidas, coincidentes en valores, expectativas, etc. Otras parecen forzadas por el azar.
Pero vengo observando una gran cantidad de relaciones donde uno de los dos es tomado como una ‘presa’ o una ‘cosa’ o -en casos peores- como ‘bola de boxeo’. Son las víctimas de su propio amor al individuo/a quien se mostró con toda la ternura y con todos los valores humanos, pero luego dejo caer la máscara.
Una persona lógica pensaría que si se insulta, se amenaza, se descalifica y abandona a quien debería ser amado/a es porque no hay amor. Y no lo hay. Pero si existe un apego, el o la victimario/a quiere a su pareja como si fuera su presa de caza. 
Mi amiga recibe llamados de quien su pareja y con quien rompió hace más un año, él la sigue seduciendo con una voz de ovejita tierna y luego la insulta o la amenaza. Ella no entiende el poder que tiene sobre ella y cae en pánico.

He tenido este tipo de relación con un psicópata. Y sé que están lejos de poder sentir como un ser humano común, no hay identificación con el otro. La frialdad de sus sentimientos es temible.
No hay una mirada compasiva en estas personas, cuando hablo de compasión muchos creen que es lástima y lo que quiero decir es que si hubiese compasión se pensaría en que le hace bien al otro. No creo ser la única que, al separarse de una pareja le deseó todo lo mejor y entendió que no era yo lo que esa persona necesitaba y viceversa, que debía encontrar una mujer que le diera felicidad, eso es respeto, mas identificación (con los sentimientos ajenos) que, juntos, desarrollan la compasión.
Dice Cleckley, en “Mascara de la cordura”: “Son incapaces de “imaginar” en el sentido de poder realmente conectarse con imágenes en algo así como una manera directa de “un ser conectándose con otro ser”.
Ah, de hecho, pueden imitar sentimientos, pero los únicos verdaderos sentimientos que parecen tener – eso que los conduce y los hace fingir diversos dramas para causar efecto - son una especie de "hambre predatoria", de lo que desean. Es decir, "sienten" la necesidad/el deseo como amor, y el no ser satisfechos en sus necesidades/deseos es descrito por ellos como el "no ser amados". Además, esta perspectiva de "necesidad/deseo" determina que solamente el "hambre" del psicópata es válida, y cualquier cosa que esté "allí afuera," todo lo que está fuera del psicópata, no es verdadero, excepto en tanto tenga la capacidad de ser asimilado por el psicópata como una clase de "alimento". "¿Puede ser utilizado o proporcionar algo?" es la única preocupación que el psicópata parece tener. Todo el resto - toda actividad – está subsumido en esta tendencia.”

O sea que su interrelación es como la de depredadores con sus presas: espiara, la sacara de la sociedad (manada), seducirá, manipulara, mentira, se disfrazara de cordero, enfermará… todo para obtener su presa. Usará la compasión del otro para acorralarlo, amenazará con suicidio, le culpara de sus desgracias y enfermedades (reales o magnificadas) y nunca escuchará lo que aqueja a su actual o ex – pareja.  Acotemos: el gato no solo se entretiene con el ratón, los químicos del miedo son deliciosos para el gato. No sé si me explico.

Frente a los demás: un ángel. Porque ha estudiado todos los gestos para parecerlo. Frente a nuevas víctimas un dios o diosa. En casa, en la intimidad, será la frialdad y el despotismo personificados.

Estas relaciones se ven cada vez con más frecuencia. Mientras nos preguntamos ¿qué pasa con nuestra sociedad? También debemos cuidarnos, trabajar en nuestros sentimientos de culpa primero, luego el miedo es imperioso. Son dos canales directos para que los anzuelos entren al corazón. Además, los químicos que se segregan -en miedo o culpa- hacen de esta relación una adicción mutua.

Si esta nota coincide con la vida de alguien, no es casualidad, es parte de lo que debemos enfrentar hoy en día, a cualquier edad. No sé si es útil, pero solo quiso ayudar a que se entienda que ser una ‘presa’ no es ser ‘buena persona’ sino una víctima de una enfermedad que puede cambiarla/lo por otro botín fácilmente. Y separarse de este tipo de relaciones no solo es necesario, es imprescindible para su salud mental y de su familia.
                                                                                                             Mónica Ivulich
                                                                                                            (Derechos reservados)
Imagen: Google

viernes, 8 de noviembre de 2013

A sus espaldas



                                              He visto pasar los ojos del amor
                                              Mirándome, sin maquillaje
                                             Y los dejé volar, sin turbarme.


Su compasión me traspasa         
Morí de encanto en su risa
Y, temblando, lo dejé pasar…

Aunque su mirada me atrapa
deserté, nuevamente, a la cita…
y la ternura queda postergada

He renunciado, por hoy, a poseer
lo que se declara libre, mientras
me hace cautiva en sus pupilas.

He visto pasar los ojos del amor
Mirándome, sin maquillaje…
Y, sin un gesto, los dejé volar.
                          
                      Mónica Ivulich
                              (d.r.) 2013 
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