Sabrás que he pasado largos inviernos,
muchos en mi haber, tan fríos y grises
como mi encanecer y mi memoria
En mi ciudad natal fueron húmedos,
tristes, melancólicos, con ritmo tanguero
En la mitad de mi vida me mudé al norte
con mucha nieve y sabor neoyorkino
padecí gélidos horizontes de altos edificios
y muchedumbre obscura y atropellada.
En la campiña inglesa y luego la francesa
los inviernos fueron más tenues y cortos
aunque, debo decirlo,
un poco aburridos
Pero no hubo peor invierno, ni más frío
ni más desolado que el instante preciso
en que quise abrazarte y no estabas conmigo.
Francia 2015
Cityscape Photography by Eduard Gordeev |
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