Día cálido con el sol en su justa medida y tu mirada perdida
entre ilusiones de humo y algodón.
Caminamos sin tomarnos de la mano, mirando al cielo y las
ramas que empiezan a tomar otro color.
La música llegaba de lejos, tan suave, tan armoniosa que nos hizo bailar sin querer y sonreímos a la ilusión… que se fue.
Bailamos hasta despertar.
Mónica Ivulich
DR2017Fr
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