Los ojos de mis niños, tienen tanta ilusión, tan dulces e
inocentes… son ventanitas a un futuro lleno de vivencias y de amor.
Esos ojos son mis guías, mis timoneles en la última parte de
mi viaje y la puerta a mi próximo tour.
Los ojos de mis niños son por los que yo miro, inquietos, curiosos,
viajan por un mundo de enigmas y respuestas distintas, nuevas…
Esos ojos son estrellas en mi camino presente y la
justificación de lo que he caminado.
El entusiasmo me contagia y me da vitalidad cuando me siento
flaquear, son los ojos de mis niños los que me traen un mundo de emociones
diarias y me enseñan los pasos a seguir.
Que fortuna tener esa iluminación de miradas limpias, prístinas,
maravilladas del mundo que les toca conocer. Mis niños me miran y saben, no
necesitan decir.
Los ojos de mis niños brillan más allá de la luz. Cuando cruzamos
miradas siento el abrazo de sus almas que contemplan el paso del tiempo en mi
propia visión.
Mónica Ivulich
DR2017Fr
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