Cada letra es un paso al futuro
un nuevo mundo, infinito,
en los ojos de tu mente,
en el cual navegas, irreflexiva,
sin prisa, sin calma, con ternura,
hacia la poesía vislumbrada…
El niño que te está leyendo,
revelándote se descubre…
Niña poeta, dedos de azúcar
Joven disipada, profunda, cortés,
deshojando la pasión entre páginas.
Distraída te encontrará el amor
en la esquina de la fantasía
Mientras la vida, febril y ansiosa,
leerá los dorsos de
tus desvelos
letra a letra, antes de partir…
Dedicado a mi amiga Mabel, poeta.
Mónica Ivulich, Derechos reservados 2014
Mónica Ivulich, Derechos reservados 2014
Imagen de Montserrat , extraída de la red
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