A veces
las memorias llegan sin que uno se lo pida… No todos están de acuerdo, pero, a
mí me parece que la piel, el cuerpo tiene una especie de reloj y de calendario
que activa recuerdos… Después la mente los recoge y decide si los acepta o se
los lleva el viento.
En
Paris y el hemisferio Norte en general, comienza la estación de los dorados,
ocres y naranjas… en NY muchos organizan un tour para ir a ver el follaje en
octubre y también recogerán calabazas para el día de las brujas y hay otras
actividades específicas de otoño.
Imagen de la red |
Donde
yo nací, Buenos Aires, comienza la primavera y hay una fiesta agregada a la
llegada de la estación de las flores, vida renovada y amor… es el día de los
estudiantes. Se celebra en escuelas y tiene un himno muy bonito que entonábamos
a toda voz… tal vez tengan otro ahora, pero aquel aún resuena en mi pecho.
¡Echen a vuelo el nombre de estudiantes…!
Y
también hay otra tradición para estudiantes: llegar al Rosedal. Un parque como
hay en la mayoría de las ciudades, con sus lagos, sus patos… éste tiene algunas
peculiaridades: por empezar tiene una variedad impresionante de rosas (además
de árboles variados y otras flores), patio andaluz llegado desde
Triana y
otros, con hermosas mayólicas, puentes, barquitos a remo y a pedal, estatuas y
bustos de importantes artistas, cafecitos donde gozar de bebidas, tostados
finitos, masas, te, café etc… muy cerca el planetario y, pegado, el parque
japonés donde tantas veces fuimos a dar de comer a los peces con mis hijos
pequeños. Cruzando la ancha Avenida 9 de Julio está el zoológico y luego el
Parque Botánico. Todo en el entorno de los parques de Palermo, una extensión
verde salpicada de flores y árboles de colores, violetas como el jacarandá,
rosas y blancos como los naranjos, y que caracteriza a Buenos Aires en su alma
señorial.
Los
jóvenes hacen picnics ese día, llegan en grupos con sus comidas y músicas… y
muchos se enamoran ese día o esperan para declararse en esa fecha que perdurara
imborrablemente en la memoria o en el álbum de fotos. Que ilusión pasear por allí con mi amor de
adulta también… ¿Por qué no?
Pulmón
de la ciudad, expresión de naturaleza, recuerdos históricos de una ciudad
progresista en ciernes, albergue de pájaros y otras especies, terreno caminado
y disfrutado… allí va mi memoria hoy, a celebrar la primavera con mis compañeros de estudios secundarios, a
comer sándwich de milanesa o empanadas, sentados sobre la manta y a correr por
el borde del lago, a recibir el sol en mi cara y dejar flotar mi cabello largo
del ayer, a cantar con “los que lo son, los que lo fueron antes, los que por
siempre tienen de estudiante… para toda la vida ¡el corazón!”
Desde
Paris para Baires, 2014
(Los
entrecomillados pertenecen a la Canción del Estudiante, Marcha argentina)
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