sábado, 27 de septiembre de 2014

HORIZONTE


Te apoderas de mis suspiros en tu dulce respiración
Despiertas sentidos ocultos con tu piel de terciopelo
Turbas mis palabras sorbiéndolas en tus labios de miel
Toda duda y tormenta te llevas en tu suave mano azul
Te apoderas de mi alma con tu caricia de chocolate
Déspota de sueños y desvelos en tu ilusión insomne
No hay milímetro de mi existencia que no me reclames
No hay instante en mi mente donde tú no te instales
Abro mis compuertas al tornado de tu presencia etérea
Mi piel arrasada por ti, tsunami, se calma de ausencias
Un Paraíso se abate y otro se alza en tus manos sublimes
Cuando llega el alba nos encontramos al orillo del sol
arrastrando vestigios de luna en las uñas del único amor
tú el cielo, yo tierra y nuestro sentir el blanco horizonte.
Es cuando giramos el corazón al mundo y nos adentramos
en el manantial de intimidad mutua deseando recomenzar,
fibra a fibra nos ceñimos y abarcamos en el infinito añil
poro a poro, como briznas, rodamos por el espacio astral
Encontrarnos fue un albur difícil de explicar y entender.
Amarnos es un destino que no podemos creer ni negar…
Dame tu mano como cada noche, mi alma va en la mía.


Mónica Ivulich, d.r. 2014, Chantilly
Tomada desde el tren, de España a Italia.

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