Hubiese deseado que mi último
verso quedara escrito en tu piel… pero se perderá en el aire o en la efervescencia
de una ola póstuma sobre mi playa.
Tú no te vas a enterar, con otros
brazos al cuello y algunos recuerdos de collar.
Ese remoto poema hablaría de un
amor imposible y de otra vida en que… tal vez… sólo tal vez, volveríamos a
probar.
Hubiese deseado me despidieras
con una caricia, que tu mirada me acompañara al más allá…
Sin embargo, mi mirada flotará en
la niebla y mi caricia rozará los pliegues de la melancolía musitando un verso
que no escucharás ni se convertirá en beso.
Tal vez vuele en alas de un cisne
inescrutable.
Mónica Ivulich
DR2018Fr
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