Me gusta sentarme
frente al pino y
el alerce,
con mi taza de té
y
tibio pan
crujiente.
El señorial pino
encierra memoria
eterna,
el alerce
recuerdos
de amores ausentes…
cuando la brisa
llama a olvido.
Son parte de mí y
de
mi pretérito
imperfecto
Soy parte de su
presente
cierto y pluscuamperfecto.
Se mecen tras el
vidrio
del ventanal que
da al jardín,
acompañan mis
pensamientos
y el ronronear de
mi gata,
que abre un ojo
verde claro
cuando muerdo la
tostada.
Una mañana fresca
y clara
con colores de
otoño en ciernes
y silencio de
invierno porvenir.
2012 -Derechos Reservados.
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