Dali |
Me invocas urgente, en el filo
de la noche,
entretejiendo tus miedos a los
sueños…
me demandas auxilio, amor y
paciencia
Me provocas con infalibles
aullidos feroces,
muestras los dientes goteando
saliva
y te retiras. dejándome en
llaga viva
Tú me convocas a ese pérfido
aquelarre,
haciéndome víctima y diosa
descarnada.
Y te sacudes, mudando de ángel
negro
a bendición diáfana, curando
mis heridas
despertándome de pesadillas
compartidas
Reconozco tu sonrisa que todo
lo alivia
y me recupero de un doble salto
mortal
dejando de lado mi estado
soporífero.
Me miras y entra la luz, me
salva tu voz.
Y sé que, nuevamente, esta
noche soñaremos
mundos trasegados y otros
escenarios caóticos…
donde caminar con bizarras
manos enlazadas.
Tu mano en mi mano, si,
venciendo infiernos.
2014 Francia
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