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Escribo porque los dedos me llevan a ello
Surge una idea, como zumbido de mosquito
y solo se aplaca entre las letras multiformes
Escribo porque las palabras son déspotas
quieren salir de mi mano y lo hacen como sea,
porque son terminaciones de mis neuronas
producto de millones de sinapsis ininterrumpidas
tiranas y plebeyas al mismo tiempo, las letras.
Además, me hacen revivir momentos, paisajes
evocar personas, inventar personajes, historias…
tocarte el corazón, provocarte una sonrisa…
Tan lindas las letras que me deleito con ellas,
creando palabras, o sueltas, abalorios tornasoles
en frases y poesías forman collares de armonía.
Con ellas, atravieso las galaxias de tus pupilas…
Con esos signos prodigiosos atenúo mis sentidos,
encumbro mis aptitudes y bendigo tu ternura.
Hermosos son los caracteres para crear mi destino
coincidir con tu destino y viajar al tiempo futuro.
Por todo esto y por razones interminables: escribo…
Sobre todo porque es mi forma de ser y de llegar
de llegar a mi libertad, a mi amor propio y al tuyo,
alcanzar verdades y delirios, concretar las musas,
de dar rienda suelta a mis pensamientos y quimeras.
Esos fonemas siempre me llegan como flores etéreas
haciendo de mi vida un admirable paraíso ilustrado
y, en ese vergel, me permiten ser un pequeño dios
creando todo el Universo que me rodea y te rodea
creando una historia propia que te incluye y nos une.
¿Cómo no amar la literatura? ¿cómo dejar de escribir?
Las letras son alas de mis emociones y fantasías
que, vistiéndose de poesía, me permiten volar.
París 2014, D.R.
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