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Hay
momentos extraños, callados,
en
que dejo mi sentir de lado
en
que me llamo a cuarteles de invierno
me
encapsulo y no acuso mi tristeza
Hay días
como en suspenso
Parecen
en calma, parecen en paz
Porque
hay ausencia de pasiones
Y el
remolino interno se esconde…
Hay días
en que solo te acompaño
De lejos,
callada, casi ausente
con el
interruptor puesto en off
y un
dolor apagado, negado, oculto.
En esos
momentos es que entiendo
Cuál
es la real dimensión del amor
Cuanto
respeto tu forma de existir
Cuanto
me completas aun en distancia
También
tengo miedo de no ser yo
quien
te sirva de complemento…
Que te
canses de esperarme y estar
Que nos
condenes a la soledad.
Solo
me queda esperar que vuelvas
Solo
me queda amarte sin respuesta
Desear
abrazarte sin poderte tocar
Mirarme
en tu mirada fotografiada.
Solo
quedo colgada y espero, suspendida
De tu
pestaña, hasta que decidas volver
Entender
tu sentimiento, tu encierro
Y negar
el peso en mi pecho, mi temor.
Pero,
en estos momentos de confusión
De negrura
en el paisaje, de cerrazón total,
hay algo
que no puedo negar ni olvidar:
mi
amor y la esperanza de juntarnos al fin
Es
que nuestro amor no es nuestro
No lo
planeamos ni decidimos, es poderoso
Tanto,
que nos dirige y nos protege
Confía
en él, mi cielo, confía y sonríe
Que los
cambios serán buenos
Que el
dolor de hoy –aunque dudes-
es
la promesa del mañana, confía
tengo
mis manos a tu disposición.
Estoy
contigo, amándote, respetándote
Abrazándote,
pensando en tus miedos
Acariciándote
con ternura, acompañándote
Manos juntas
podremos, ¡levántate y caminemos!
Quiero pasear junto a ti, de tu mano,
besarnos en el bulevar… otra vez
bajo
los faroles amarillos y la luna testigo
Manos juntas
podremos, ¡levántate y caminemos!
FRANCIA 2014
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