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Las palabras llegan subrepticiamente,
en auxilio de mi sentimiento tan mudo.
Las palabras son, a veces, traviesas
muchas veces, tienen vida y vuelo propio
Amo las palabras que pueden alcanzarte
compañeras de mi camino hacia tu piel,
las acaricio y las quiero poseer como a ti.
Cuando las hago mías, las mimo, las amo
y las disfruto como a tu mirada que mía.
Adoro cada palabra que trazo en tu cuerpo
Y cada palabra que me dices en el oído.
Las palabras tienen figuras y melodías,
son reflejo de mi inspiración y nuestra
unión.
En cualquier idioma dan sabor a lo vivido.
No importa el sonido, son amigas cómplices,
y son artesanas de nuestro conjuro de amor.
Las palabras me son tan íntimas y
necesarias
como tu mano en mi pecho o tu piel en mi
piel
tan sutiles como tu suspiro entre mis
brazos,
serpentean palpables de tus labios a los míos.
Son amigas fieles, amadas, simples palabras.
Mónica Ivulich, D.R., 2014, Barcelona, España.
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