domingo, 20 de junio de 2010

Roma, otra vez

Caminar por la Vía Apia y sentir olor en mi memoria de caballos sudados, ver la pared que rodea la ciudad antiguo fuerte romano y escuchar gente hablando a gritos, pasar por las catacumbas... qué dolor...
Y que esplendor, las fuentes el Coliseo, la Catedral San Pedro... que emoción y cuanta gente, cuanta feria, cuanto de todo.
Un capuchino.. que bueno, solo esto puede traerme aroma a vieja Italia y por que no un bacci, comprado en la tienda de dulces.
Me siento arrasada por las vistas, las emociones antiguas. Como si otros – yo estuvieran asomándose a mis ojos y a mis poros.
Es bello a la vez increíble, dulce y fuerte. Italia reencontrada.

Escribí, entonces, esto a una amiga:


Amiga: pasear por donde los romanos iban en sus carros, castigando los caballos y gritando a los esclavos, altivos soberbios... tantos siglos de sufrimiento plasmados en muros que rodean ciudades, tantos años de protección y ataque, de amor y muerte, tantas cosas en estas viejas paredes de Europa... y la pompa, la belleza de época, la humedad de las ciudades viejas y la vieja educación.
                                                         Mónica Ivulich. DR

Fotos propias

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