domingo, 20 de junio de 2010

Paseo por Gratz, Austria



Hacia frio, pero el aire era puro en Gratz, Austria, mi amiga Mimi penso que seria una buena idea subir a la montana donde habia un gran reloj y una confinteria.

Tomar el te alli arriba, con tortas tipicas austriacas me parecio una buena idea.

Habia sacado muchas fotos de la ciudad y me llevaba conmigo el tesoro de fachadas, escucos, frescos y mil cosas que luego compartiria con mis hijos y amigos.

Cada tramo era mas pesado. El aire puro llegaba haciendonos doler el pecho. Pero seguimos. En algun momento la nieve del camino era tan inmaculada que me dio deseos de ponermela en la boca.

Mimi dijo que no era bueno. Pero, pese a su mirada admonitoria, puse un poco del agua congelada que se posaba en los costados de la defensa de la escalera que subiamos ahora, sin aliento.

Mimi dijo, ponte ahi que te saco la foto, aun con el sabor inocuo del hielo, me apoye en la baranda y pose para ella.

No pensaba que cuatro anios despues me acordaria de esta minima anecdota, la del hielo culpable...

En realidad, no tomamos te. Fue gracias a este acto insubordinado que me salve de la sed. Pues resulto que la confiteria estaba cerrada por ser domingo.

Habiendo llegado de un pais de consumo, no se me ocurrio que esto pasaria.

(Luego uniria recuerdos de experiencias y tendria la certeza de que si quieres comprar, comer o hacer algunas cosas normales en dias de semana, tienes que llamar y asegurarte que abren en domingo, en cualquier lugar del mundo exceptos en las grandes ciudades.)

El regalo fue la vista que tuvimos desde lo alto de la montana, amplia, generosa y bella. Mimi, un alma generosa tambien, me documento sobre los detalles urbanos.

descendimos por una especie de trencito con vista abierta y nos divertimos mucho. Al llegar encontramos un lugar pequenio y agradable, donde la esposa del duenio nos ofrecio torta casera.

Un momento simple y agradable que esta en mis recuerdos memorables.

Asi tambien el paseo a otra montana: Marieplatz. Al llegar, una capilla hecha para la Virgen Maria donde los creyentes llegan desde todas partes, incluyendo Italia y otros paises, peregrinos con antorchas y grandes bastones tipicos. De esta iglesia conservo no solo fotos sino uno de esos bastones. Tan liso como una palo de escoba, pero que me trae vibraciones de un mundo diferente y amoroso.
El relato sobre Viena vendra despues porque ese tiene que ver con cosas de mi infancia y con historias de mi vida que complicaria el relato simple que quise compartir en este momento.
Gracias amigo de mi blogg por llegar hasta aqui.

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