Ir hacia tus brazos es
correr en un torrente de amor.
Abrazarnos es descansar
-por fin- en el eterno Nirvana.
Besarnos es explotar de pasión
entrando en un canal de futuro.
Acariciar tu espalda, suavemente,
es navegar en el Océano de Ilusión.
Mirarnos a los ojos llenos de
estrellas,
y amándonos, es sabernos
trascendentes.
Picardie, 2014.
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